Cada año la categoría a Mejor Película de los premios Oscar incluye algún título al que podría calificarse de relleno. Esa película por la que más de uno cuestiona las preferencias de la famosa Academia de Cine de Hollywood y este año no hay sólo un ejemplo, sino dos: El Código Enigma y La Teoría del Todo.
Es bien sabido que el cine estadounidense gusta de las biopic, particularmente de aquellas en donde sus protagonistas triunfan pese a las injusticias de sus circunstancias. En ocasiones resultan películas más o menos buenas, sin embargo, en el caso de los títulos ya mencionados, no es así.
Ambas padecen del mismo mal: un tratamiento erróneo para sus protagonistas. Y es que en ambos casos, el personaje principal queda muy lejos de mostrar sus proezas; más bien es mitificado al grado de convertirlo en casi un santo.
Mientras que en El Código Enigma nos presentan la historia de Alan Turing, un matemático que lideró una misión secreta para terminar con la Segunda Guerra Mundial, en La Teoría del Todo se cuenta cómo pese a padecer Esclerosis Lateral Amiotrófica, Stephen Hawking se convirtió en una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo.
El problema es que ambos son retratados a través del lente equivocado, pues no importan ni su trabajo ni sus logros sino la visión de las personas a su alrededor.
Qué más da si Turing es el padre de la computación (casi nada) o qué Hawking desarrollará una nueva visión del universo, eso da igual, al final sólo son herramientas; uno como una forzada bandera en pro de los derechos homosexuales (tema siempre importante pero que aquí estaba de más) y el otro como medio de santificación de su abnegada esposa…
De Turing, al menos nos enteramos que es su personalidad obsesiva la que lo lleva a la grandeza. Pero con Hawking ni si quiera eso, pues toda su brillantez es reducida a un soso discurso motivacional en la parte final de la película.
Si bien la interpretación de ambos científicos es lograda, el Turing de Benedict Cumberbatch es una especie dramática de Sheldon Cooper de The Big Bang Theory; mientras que el Hawking de Eddie Redmayne, se queda en un nuevo ejemplo de la complacencia hollywoodense por los personajes discapacitados.
Y tal vez todo lo anterior no importaría si las películas hubiesen llegado en años diferentes, tal vez habrían quedado para la anécdota pero para su desgracia están una junto a la otra, serenas ante la mirada del espectador que ya ha visto personajes similares una y otra vez, evidenciando nuevamente un vicio muy arraigado en Hollywood.
Al menos habrá que aceptar que El Código Enigma logra algo que La Teoría del Todo no: entretener.
Ambos personajes merecían más y a los dos les quedaron a deber.
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Ficha Técnica
*Titulo original: The Imitation Game/ País: Reino Unido – Estados Unidos/ Año: 2015/ Director: Morten Tyldum/ Elenco: Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Matthew Goode, Rory Kinnear/ Guion: Graham Moore/ Música: Alexandre Desplat/ Fotografía: Óscar Faura/ Duración: 114 minutos
*Titulo original: The Theory of Everything/ País: Reino Unido/ Año: 2015/ Director: James Marsh/ Elenco: Eddie Redmayne, Felicity Jones/ Guion: Anthony McCarten/ Música: Jóhann Jóhannsson/ Fotografía: Benoit Delhomme/ Duración: 123 minutos
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