Carne y Arena. Cuando tus sentidos te traicionan

Desde septiembre de 2017, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM abrió sus puertas a una instalación tecnológica creada por el cineasta Alejandro González Iñárritu y el cinefotógrafo Emmanuel Lubezki, la cual recibe el nombre de Carne y Arena. Virtualmente presente, físicamente invisible.

Esta es una instalación que emplea la Realidad Virtual para acercar a los visitantes a la experiencia que los migrantes viven durante su travesía por el desierto en su intento por llegar a los Estados Unidos.

Debo reconocer que no estaba en mis planes asistir a Carne y Arena, y una de las razones es que, como ocurre frecuentemente en México, mi familia ha vivido varias historias relacionadas a la migración, sin mencionar los relatos que han llegado a nosotros por conocidos. Sin embargo, luego de recibir una invitación pudo más mi curiosidad.

Para Carne y Arena se eligió como sede uno de los salones del CCU Tlatelolco y tan sólo llegar a él, se siente una vibra diferente. Lo primero que puede verse son las secciones de una cerca metálica que en algún momento formó parte del muro fronterizo con Estados Unidos y que en algún momento fueron sustituidas por concreto.

Al entrar, los visitantes son recibidos por una persona del staff, quien explica brevemente lo que se debe hacer. A esta experiencia está prohibido ingresar con algún objeto (mochila o teléfono, por ejemplo).

Una vez dentro, se pueden ver algunos textos con la explicación (en palabras de Alejandro González Iñárritu) de la instalación. Lo siguiente es una habitación gris, sin ventanas, con algunas bancas de metal y en la que se puede sentir mucho frío. El lugar busca emular las salas a donde son llevados los migrantes que son detenidos y para entender mejor este escenario, en el piso pueden verse zapatos de todo tipo, desde sandalias hasta deportivos. Todos gastados o rotos. Todos pertenecientes a personas reales.

La siguiente sala es una habitación mucho más amplia, llena de arena y mucho más oscura. La única luz en ella proviene de luminarias rojas, lo que le da a ese espacio una belleza un tanto aterradora.

Los integrantes del staff que reciben al visitante le colocan una mochila, unos visores y unos audífonos, y le explican la manera en que le vigilarán durante su estancia.

Ahí es cuando la verdadera experiencia inicia.

Frente al espectador comienza a distinguirse un desierto en el que va cayendo la noche. Se pueden distinguir diferentes sonidos de animales, así como varias personas conversando. Se trata de un grupo de migrantes que está por ser detenido por la patrulla fronteriza.

En esta escena, uno sólo es un espectador. Tiene la libertad de caminar y observar lo que desee pero no puede intervenir, al menos no hasta que la historia que se desarrolla frente a nuestros ojos llega a su clímax.

Lo que ocurre es muy sorpresivo y desconcertante. Para algunos puede llegar a ser demoledor.

En ese estado de shock, el espectador sale de la sala e ingresa a un pasillo en el que se exponen las fotografías y las historias de diferentes personas que inspiraron el montaje del que se acaba de ser parte.

Conocer a personas que intentaron o lograron cruzar la frontera norte de manera ilegal, de pronto parece adquirir otra dimensión. Al ponerse en su lugar uno tiene la oportunidad de entender la migración de una manera diferente, incluso mucho más cercana.

Carne y Arena es una experiencia que difícilmente podría recomendarse del mismo modo que lo haríamos con una película. Al encontrarse en un punto intermedio entre el cine y el arte contemporáneo, vale la pena ver como la tecnología puede ayudar a acercar temas tan difíciles y complejos como lo es el de la migración.

No obstante deben tomarse precauciones, en especial si son personas muy sensibles ante emociones fuertes o si padecen de afecciones cardiacas, epilepsia o sensibilidad a las luces.

Carne y Arena. Virtualmente presente, físicamente invisible estará disponible hasta el mes de junio de 2018. Los boletos tienen un costo de 300 pesos y salen a la venta, los días lunes, únicamente por internet (en el siguiente ENLACE los pueden encontrar). Las entradas suelen agotarse rápidamente, para que lo tomen en cuenta sí desean asistir.

CCU Tlatelolco, UNAM | 2018