
Netflix | 2020
En 1971, la célebre crítica de cine Pauline Kael publicó el ensayo “Raising Kane”, en el que aseguraba que el guion de Citizen Kane (considerada como la mejor película de la historia) había sido escrito sólo por Herman J. Mankkiewicz y que contrario a lo que se afirmaba en los créditos de la película, Orson Welles no había tenido ninguna participación en el proceso.
Aquello fue todo un escándalo.
Con esta premisa como base es que se desarrolla Mank, la más reciente producción del cineasta David Fincher y en ella, muestra cómo (supuestamente) fue que se desarrolló el argumento de tan celebre película.
La historia, escrita por el padre del director, Jack Fincher, se divide en dos espacios temporales. El primero dedicado a los 60 días que Mankkiewicz (Gary Oldman) pasó recuperándose de un accidente automovilístico en una casa alejada de toda distracción con el objetivo de escribir su guion. El segundo, contado a través de constantes flashbaks, se enfoca en la serie de encuentros con el empresario y magnate de la prensa William Randolph Hearts (Charles Dance), quien sirvió como inspiración para la creación de Charles Foster Kane.
Al mismo tiempo se hace una recreación del funcionamiento de los estudios de cine de antaño, en donde los guionistas eran una figura apenas visible dentro del esquema de la producción cinematográfica.
De hecho, Mank sirve como una suerte de homenaje a los guionistas quienes, aún en la actualidad, suelen pasar desapercibidos entre los grandes nombres de Hollywood; lo cual queda plasmado mediante el uso de títulos entre escenas que asemejan a los usados en los propios guiones cinematográficos.
Para ubicarnos, Fincher decide que la película emule la estética de las producciones de los años cuarenta, época en la que se filmó Citizen Kane. Incluso recrea algunas de las tomas utilizadas para dicho título. Sin embargo, pese al esfuerzo, este look se siente un tanto artificial en buena medida debido a la decisión de filmar en digital.
Si bien las actuaciones de Amanda Seyfried (como Marion Davies), Lily Collins (como Rita Alexander, secretaria de Mank) y Tom Burke (como Orson Welles) son bastante destacables, llama la atención la elección de Gary Oldman para encarnar al protagonista, un hombre en sus treintas y al que el actor duplica en edad (sin mencionar la diferencia tan evidente con la actriz que interpreta a su esposa, Tuppence Middleton). Consiente o no, Fincher sigue perpetuando un problema que la industria de Hollywood parece no tener el menor interés en resolver.
Mank se presenta como la obra más personal de David Fincher y aunque tiene momentos muy destacables (como la explicación del nombre de la productora MGM) curiosamente es la que menos tiene ese estilo que ha definido la carrera del cineasta. Algo que no tendría por qué ser un defecto pero que en este caso se resiente en el resultado final, llegando incluso a ser un tanto aburrido.
Tal vez para quienes nunca se han acercado a Citizen Kane (especialmente las generaciones más jóvenes), la anécdota que da vida a Mank no sea lo suficientemente atractiva por lo que sería recomendable ver primero la película de Welles para luego hacer lo propio con la de Fincher, lo que incluso ayudará a entender mejor las referencias que se hacen a lo largo de la narración.
Tanto Mank como la obra a la que hace referencia, hacen una crítica al poder del establishment y su control sobre la información y la política, algo que sigue teniendo un fuerte eco en nuestro tiempo, ese podría ser su gran punto fuerte.
Y sobre la teoría escrita por Pauline Kael, a lo largo de los años han aparecido evidencias que contradicen todas sus afirmaciones, algo que se explica con mayor detalle en el texto Ciudadano Kane: la polémica sobre quién escribió la película publicado por Filmsteria!

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Ficha Técnica
Titulo original: Mank/ País: Estados Unidos/ Año: 2020/ Director: David Fincher/ Elenco: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Lily Collins, Tom Pelphrey, Tuppence Middleton, Tom Burke, Charles Dance/ Guion: Jack Fincher/ Música: Trent Reznor, Atticus Ross/ Fotografía: Erik Messerschmidt/ Duración: 133 minutos